Sobras Nucleares Cuento de Beatriz Villegas
En el hotel español en La Habana hay un barman que se esmera en su tarea y me prepara mojitos de colores, que va designando según las horas del día; el del amanecer es claro, con un amarillo tímido, el mojito del mediodía es rojo brillante y en el atardecer, los violetas y naranjas se mezclan en el vaso. Mientras trabaja, conversamos de su vida en la isla, de su trabajo y sobre todo de sus hijos. Pregunta con curiosidad; en su actitud hay algo que intenta palpar el mundo de afuera con mis palabras y yo quiero hurgar su mundo desde mis oídos. Me invita a visitar a su familia después de que yo enviara en un gesto de solidaridad unos chocolates para sus niños. En esto no hay nada de extraordinario, pero el hombre se conmueve y propone que vamos de paseo hasta su provincia. Aquel hombre, una mezcla racial española y caribe: ojos muy claros y piel morena, y buena